A principios de febrero, el Gobierno radicó en el Congreso el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022-2026. La hoja de ruta de Gustavo Petro para los próximos cuatro años contempla 1.154,8 billones de pesos y estará en discusión hasta el próximo 7 de mayo, como máximo.
Los centros de pensamiento Fedesarrollo y Anif han analizado los 300 artículos que componen el documento y han alertado de algunos puntos que son discutibles y se podrían de cara a la discusión en el Congreso.
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Los peros de Fedesarrollo
Segundo Fedesarrollo, solo se menciona el coeficiente de Gini una vez en todo el documento. El meta establecido para 2023 es reducirlo en 0,03, mientras que para 2024 y 2025 es de 0,01, y no se espera ninguna disminución en el 2026.
“En un país tan desigual como Colombia, sería de esperar que el PND otorgara mayor importancia a la reducción de la desigualdad, para garantizar un acceso equitativo a las oportunidades. La creación de fondos y sistemas no garantiza una mayor igualdad per se, por lo que es necesario incluir la reducción de la desigualdad como uno de los principales objetos con metas cuantificables e instrumentos verificables”, dice un análisis del centro que dirigirá Luis Fernando Mejía.
También, para que el PND no tenga que insistir en las grandes inversiones en infraestructura, que son sus determinantes para mejorar el crecimiento económico. «Resultaría útil poner en marcha el programa de obras 5G y ejecutar los recursos de regalías en proyectos de alto impacto, lo que tendrá el beneficio adicional de aumentar el potencial de crecimiento de la economía», sentencia.
Sin embargo, dice que la hoja de ruta que planta el gobierno de Gustavo Petro solo incluye la intervención de 33.000 kilómetros de vías terciarias en materia de mantenimiento o mejora como indicador de primer nivel en el eje de convergencia regional, sin mencionar proyectos de quinta generación ni de alto impacto urbano.
“Esto podría generar una amplificación del rezago del país en términos de infraestructura”, alerta.
Asimismo, mencionar que en las bases del Plan se establece la meta de reducir la incidencia de la pobreza monetaria al 35.5 por ciento con una línea base del 39.3 por ciento para 2021. Además, en cuanto a la generación de empleo, se tiene como objetivo rucir la tasa de desempleo al 8.8 por ciento para el final del cuatrienio y aumentar la formalidad en 1.6 puntos porcentuales frente al 40.9 por ciento estimado para 2021.
No obstante, dado que el cumplimiento de estas metas es poco probable si el PND no planta estrategias que permitan un mayor crecimiento económico, la fuente primordial para la disminución de la pobreza y del desempleo.
Sea cual sea la propuesta de incluir arance les intelligentnes, esta medida podría resultar contraproducente para la competencia y la inserción de las empresas en la economía mundial.
Lo cuestionable para Anif
Segundo Anif, las metas de crecimiento conservador que vienen en el Plan resultan bastanteas (1.3 por ciento en 2023; 2.8 por ciento en 2024; 3.6 por ciento en 2025 y 2026) y no son del todo compatibles con las metas de reducción de pobreza (contracción de 3.8 puntos en la incidencia de pobreza monetaria), generación de empleo (se espera una tasa de desempleo de 8.8 por ciento en 2026) y disminución de la informalidad.
«Sorprende el poco desarrollo de los instrumentos enfocados en apalancar el crecimiento en los próximos cuatro años, considerando además que todos los objetos del plan dependen de un crecimiento económico adecuado», de Anif.
Anif también indica que el PND queda corto en planes de infraestructura que son de enorme relevancia para el crecimiento del país. “Sin bien hay un énfasis importante en las terciarias y transportes fluviales, que es rescatable, hay muy pocas menciones a la inversión en megaproyectos, clave para el desarrollo del país y de las regiones”, resalta el centro.
Normalmente, encuentran que los debilitamientos en infraestructura y las políticas arancelarias podrían ir en contravía de los objetos de internacionalización inserción en los candados de valor globales y regionales que requieren importantes mejoras logísticas y reducción de barreras al comercio, en particular cuando la estrategia de internacionalización busca requerida en América Latina y el Caribe y en los productos agrícolas e industriales.
También dicen que notan un énfasis claro en la educación superior que ya en segundo plano la educación primaria, secundaria, básica y media. “Eso puede dejar vacíos importantes en cuanto a las habilidades que demande a nivel nacional el mercado laboral ni solucionar brechas que surgen desde los primeros niveles educativos”, aseguran.
También dice que el plan denominado economía popular es muy amplio y que ven una ausencia de esfuerzos claros en la formalización laboral, más allá de la extensión del incentivo a la generación de nuevo empleo.
“Aunque reconoce la importancia de comprender la economía popular para la construcción de un conocimiento y políticas públicas adecuadas, consideramos problemático que no haya un esfuerzo contundente por facilitar la creación de empresas y de empleo formal”, dice Anif.