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El brillo de las luces nocturnas ha advertido el 10% anual en la última década, según un estudio de la revista ‘Science’
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Uno de cada seis europeos son incapaces de ver la banda luminosa de la Vía Láctea
El mundo está perdiendo sus estrellas. En tan solo 10 años, más que la mitad de los astros visible desde la superficie de la tierra han ‘desaparecido’ tras la estela de la contaminación lumínica. Para que se hagan una idea de qué significa esto, fíjense en este ejemplo. Un niño nacido hace tan solo 20 años en un área donde eran visibles 250 estrellas ahorados décadas más tarde, tan solo vería un centenario de puntos brillantes en ese mismo lugar. Uno de los más grandes estudios hasta la fecha sobre este fenómeno alerta sobre cómo el aumento de las luces artificiales está ocultando el brillo de las estrellas.
Hace 12 años desde la plataforma de ciencia ciudadana ‘Globo de noche’ recopila información sobre cómo aparece el cielo nocturno en diferentes puntos del planeta. A partir de estos datos, un equipo internacional de científicos ha logrado estudiar, por un lado, el aumento de la contaminación lumínica y, por el otro, la progresiva ‘desaparición’ de las estrellas. Las conclusiones, publicadas este mismo jueves en la revista ‘Science’, sugieren que el brillo de la luz artificial ha incrementado en un 10% anual en la última década y esto, a su vez, ha borrado del firmamento miles de estrellas.
En Europa, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la contaminación lumínica está tan extendida que seis de cada 10 ciudadanos su incapacidad para encontrar en el cielo nocturno la banda luminosa característica de la Vía Láctea. En Estados Unidos estima que más del El 80% de la población es incapaz de ver las estrellas debido a la intensa luz de las ciudades. En muchos lugares de la Tierra incluso se ha observado que el cielo nunca llega a escurecerse del todo debido al “crepúsculo artificial provocado por la dispersión de la luz antropogénica en la atmósfera”.
El peligro de la luz nocturna
Según alertan los expertos, el impacto de la contaminación lumínica va mucho más allá de lo que podemos observar en las grandes metrópolis iluminadas por doquier. Yes que el brillo de las luces artificiales no solo alumbra los edificios y las calles sino que, además, creó un resplandor en el cielo que impregna la atmósfera en un radio de varias décadas de kilómetros. Un estudio de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ha calculado que observar el brillo de la Vía Láctea desde Barcelona es necesario alejarse unos 30 kilómetros de la costa.
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El intenso y constante brillo del cielo nocturno está provocando todo tipo de efectos perjudiciales. Los astrónomos, por ejemplo, alertan de que la contaminación lumínica torpedea (o directamente impide) algunas observaciones astronómicas. La presencia de luces artificiales durante la noche también altera el ciclo de vida de animales y ecosistemas en todo el mundo. Varios estudios alertan de que el brillo de las ciudades provoca que tortugas y aves marinas recién nacidas se déorienten, pierdan el rumbo y acaben muriendo incluso antes de llegar al mar. En el caso de los humanos, el ‘boom’ de luces nocturnas se asocia a la aparición de diversos problemas de salud (desde el insomnio hasta algunas enfermedades).
“El brillo nocturno -también conocido como ‘skyglow’- está Destruyendo parte de nuestro patrimonio cultural“, destaca la investigadora Constance Walker, una de las científicas que ha liderado este análisis. un pilar clave para el desarrollo de nuestras sociedades. Ahora, el incremento de la contaminación lumínica no solo nos está robando una a una las estrellas. También estamos privándonos de una de las imágenes que durante millones de años se ha inspirado en una nueva especie.