Thymos – Diario La Tribuna

Lorenza Durón

“Loco, haces mal en guardar amargo resentimiento en tu timo*”.

Expresarse en un espacio prestigioso como La Tribuna implica objetivos de persuasión, la posibilidad de señalar nuestras expectativas ciudadanas. Al compartir información, buenas ideas o buenas prácticas, se pretende enriquecer la conversación social y mostrar a propios y extraños el patrimonio de una población y sus prioridades. Usar la radiodifusión para despotricar es un doloroso desperdicio de energía que empaña el discurso público y causa vergüenza a quienes trabajamos por nuestro país.

Es apropiado establecer estándares de desempeño no sólo para un gobierno, sino también para la oposición. Hay debilidad en la queja como en la manipulación de la propaganda (tuvieron que insultar a quienes no querían vacunarse). El liderazgo de un estadista se evidencia en su capacidad de inspirar esfuerzos para superar las dificultades y lograr un objetivo noble. Y conviene que sea noble porque el espíritu nefasto y las malas intenciones fracasan por la naturaleza de su pasión, según la doctrina hegeliana de la astucia de la razón. Es como «karma» y «es contraproducente». “Las cosas caen por su propio peso” “porque no hay nada oculto… que no salga a la luz” (Marcos 4:22). Debería ser tan obvio como la sabiduría popular, bíblica o filosófica.

En este esfuerzo, también se pretende señalar a los candidatos a elecciones populares que su deber es construir el país que queremos, incluso si no pueden ver los frutos de su trabajo en los cuatro años que dura su servicio público remunerado. Que en su campaña se nos presenten como más confiables, más responsables, más decididos y con más derecho a gobernar que sus adversarios, que seduzcan al elector y que no nos insulten con una campaña de quejas o insultos. Lo mismo se espera de quienes escriben columnas de opinión con agenda política para que nos respeten nuestros amigos que residen en Honduras con voluntad de cooperar. Se trata de vivir históricamente, movidos por una visión.

*cita en La Ilíada. Existen varias definiciones como carácter, conciencia robusta del hombre occidental, fuente de emociones, etc.

Por Régulo Fernández Comejo

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